Se trata de una película de cine independiente del director Gregg Araki, en la que tres personajes se ven envueltos en un viaje lleno de dosis de sexo y violencia. La película es pura adrenalina, corta e intensa, y por si no fueran suficientes estos ingredientes, la dirección de arte y los estilismos son una pasada.
La actriz Rose McGowan, interpreta el personaje de una chica descarada a la que nada le asusta y la que no para de fumar cigarrillos, de hecho, es la líder de este trío juvenil. Sus looks, son una maravilla, con un corte de pelo a lo Uma Thurman en Kill Bill, botas militares Dr.Martens, y vestidos ajustados o prendas oversized en la parte de arriba, como una antigua biker jacket o una chaqueta transparente como la que usa Christian Bale en American Psycho. Otro elemento que no puede faltar en sus looks, son las gafas de sol, las cuales alterna entre, unas negras de corte muy masculino, y unas blancas de corte ojo de gato.
Los looks de los otros dos protagonistas, muestran estereotipos diferentes, con algunos puntos en común, como las camisetas de grupos de rock. Por un lado tenemos al actor James Duval, que interpreta a un personaje adolescente de estética grunge, con camisas de franela, vaqueros rotos y camisetas a rayas tipo rugby. Por otro lado, el actor Johnathon Schaech, interpreta a un tío que muestra indiferencia por todo en la vida, y al que no le asusta matar. Sus looks son desaliñados, con toques de cowboy, como los cinturones de hebilla y las botas, añadido a camisas horteras con brillos o tachuelas tipo «Las Vegas».
La dirección de arte de esta película es una pasada, creando escenarios realmente psicodélicos. En la película aparece una habitación completamente estampada en cuadros tipo ajedrez, junto con todos sus elementos. Lo mismo pasa con una habitación pintada entera de rojo o un bar empapelado totalmente en aluminio. Otro de los puntos fuertes de la película es el coche en el que viajan, con el salpicadero lleno de parafernalias que son una locura, como por ejemplo, una pequeña cabeza de cocodrilo.
Escrito por Adrián Lorca